Ayuntamiento de Gálvez 925 40 01 50

Para hablar de la historia de esta localidad toledana primero tenemos que hacer referencia a su nombre o topónimo. En un documento de finales del siglo XV se recoge el dato de que este pueblo se llamó primero "Toledillo" y después Galbes o Gálvez como es en la actualidad.

El nombre de "Toledillo" se debe a que fue repoblado por vecinos de Toledo, cosa probable por su cercanía a esa ciudad y a los Montes de Toledo. Debemos decir que además Gálvez es un apellido patronímico de origen vasco que también llevaron algunos repobladores.

Sin más, entramos a reseñar algunas notas acerca de la historia de esta localidad. Para determinar sus orígenes, tenemos que remontarnos a la Prehistoria. Los núcleos de los que arranca, están centrados en el río del Torcón y en Alpuébrega, antiguo asentamiento humano que se cita como villa, por primera vez, en un documento de la Edad Media. Esta zona era ideal para la vida estable, se contaba con agua y valles de gran fertilidad, donde han aparecido restos de cerámica ibérica, la más antigua de la zona y fragmentos de la edad de bronce.

Han sido muchos los pueblos que abandonaron su asentamiento primitivo a orilla de ríos y arroyos. Los moradores de Alpuébrega dejaron aquellos valles y bajaron hacia las extensas llanuras, en busca de tierras de cultivo, creando un nuevo poblado: Gálvez, donde han aparecido restos que atestiguan su antigüedad.

Hay detalles que evidencian la vida romana en Gálvez. La aparición en la zona de ladrillos, ánforas, un capitel, monedas... revela el origen hispano-romano de esta población. Por la vieja Alpuébrega, situada en el margen derecho del arroyo pasaba un camino romano secundario que comunicaba Toledo con Mérida.

En el año 1350 figuran Gálvez y sus entornos como lugares de caza, tanto de osos como de jabalíes. Hacia el 1400 está en poder de Pedro Suárez de Toledo, fundador del mayorazgo de Gálvez y concedido por Enrique III, en premio a los servicios en la guerra de Portugal y Granada. En el año 1427, la villa de Gálvez pertenecía a Diego López de Zúñiga.

Como anécdota histórica cabe mencionar cuándo Carlos V se quiso retirar y dejar las riendas a su hijo Felipe II, mandó buscar un lugar sano para su reposo, se le propusieron la villa de Gálvez y después la extremeña de Yuste, el monarca no acepto la villa toledana por su proximidad a Toledo, donde se encontraba la Corte, y se le molestaría con constantes visitas.

El señorío pasó posteriormente a los condes de Montalbán, duques de Uceda y duques de Frías, y estos últimos, durante la segunda mitad del siglo XIX, vendieron todas las posesiones en la villa a los vecinos.

Entre los siglos XVIII y XX la villa de Gálvez va a recibir población de las villas de los alrededores que habían quedado despobladas por diversas causas la búsqueda de mejores tierras para el cultivo, epidemias y la formación de un núcleo mas grande para favorecer las relaciones socioeconómicas de la zona, esa villas fueron Corralnuevo, Dos Barruelos y Jumela.