Tras la emblemática noche mágica de San Antón, el sábado 17 de enero miles de galveños continuaron en sus lumbres degustando la gastronomía típica de esta fiesta (pitanzas del cerdo, migas, liebre con arroz, puches...)
El Ayuntamiento trabaja para que este año la fiesta sea declarada Fiesta de Interés Turístico regional por la Junta de Comunidades
En la madrugada del sábado 17 de enero cientos de galveños se han transformado en sanantones corriendo las 160 lumbres que el pueblo de Gálvez enciende en la víspera de San Antón. Miles de galveños se han volcado un año más en esta onomástica, que tiene gran tradición en la localidad toledana y que este año celebra su II Centenario.
A las 12:00 horas es la Santa Misa seguida de la procesión de San Antón, para bendecir "a los animales racionales e irracionales que hasta allí se quieran acercar", tal y como reza el Bando Municipal que ha sacado el Ayuntamiento de Gálvez, para dar a conocer a todos los vecinos y visitantes esta tradicional fiesta.
Pero más allá de la vocación y fervor religioso que los vecinos de Gálvez profesan a San Antón, patrón de los animales, -pues es un municipio que sustenta gran parte de su riqueza económica en el sector porcino y ganadero-, llama la atención las peculiaridad, participación y exclusividad de esta fiesta.
Nadie en Gálvez permanecerá en sus casas durante este fin de semana. La hoguera que todos los vecinos ponen en su calle será el centro de reunión durante hoy sábado y mañana domingo. Desayuno, comida, merienda y cena será el mayor reclamo para pasar un día amistoso y desenfadado, donde no faltarán las pitanzas del cerdo (chuletas, chorizos, solomillos, morros, asadillo, ....), la liebre con arroz, migas, puches, la herradura de San Antón y otros platos típicos de la fiesta).
El puchero de café a la vieja usanza, las patatas y los chorizos no faltarán tampoco entre horas en los rescoldos de las brasas de las lumbres. Toda una fiesta gastronómica, no apta para personas sin apetito, que ha sido esta noche aderezada, y seguirá a lo largo del día, con otras peculiaridades como los sanantones.
El fuego
El fuego en Gálvez estos días es símbolo de la unidad y de la renovación ligada al año nuevo, alimentado por el ramón de oliva y trastos inservibles no solo reúne a familias, amigos galveños y numerosos forasteros, sino también es el "horno" donde se dichos productos típicos de esta villa ganadera por excelencia.
Para que esto sea así, durante los días previos a la fiesta los vecinos han salido a los campos cercanos en busca de leña y de materiales que sirvan de combustible para pasar estos días, llegándose a quemar unos 500.000 kilos de leña en dos días.
Orígenes de la fiesta
De los orígenes de la fiesta se tiene ya constancia en diversas crónicas medievales, aunque la primera documentación sobre la tradición de la fiesta tal y como hoy se conoce se remonta a hace dos siglos.
Tradicionalmente, al atardecer del 16 de Enero, víspera de la celebración, los campesinos encendían lumbres en las huertas y en todos aquellos lugares en los que había ganado y animales domésticos. Estas hogueras tenían connotaciones mágicas, esperando de ellas ahuyentar las enfermedades y plagas de los animales. También los vecinos de gálvez se disfrazaban para "correr San Antón" ataviados con cencerros propios del ganado, untando sus rostros con corchos quemados, simbolizando así la terrible peste.
Los sanantones
Hoy en día los sanantones son otro de los mayores reclamos de la fiesta. Este disfraz del que se visten cientos de galveños y galveñas de todas las edades y condiciones consiste en ocultar el rostro, cuerpo, manos, pies, e incluso, los ademanes típicos de cada persona, con harapos, ropa vieja y ajada, complementada con cencerros, chepas o accesorios que impiden conocer al disfrazado.
No se habla, ni se toca. Nadie en la noche mágica reconoce al sanantón que se ha acercado a su lumbre, ni al día siguiente se desvelará la identidad. Así se "corre el sanantón", de lumbre en lumbre, comiendo y bebiendo, pero ocultando la identidad del disfrazado.
Sonrisas, sorpresas, sustos y buen ambiente se han apoderado así de Gálvez en la madrugada de hoy sábado, aunque también durante el día de hoy, se los podrá ver en menor medida deambular de lumbre en lumbre pidiendo comida y bebida, o simplemente saludando.
Durante toda la madrugada han estado amenizando la noche numerosas charangas y el Ayuntamiento este año, con motivo del II Centenario ha habilitado una carpa con orquesta para complementar los actos nocturnos de la programación.
A ellos se han unido otros eventos como la exposición de pintura llevada a cabo por la Asociación de mujeres de la localidad, que estará abierta en el Ayuntamiento durante todo el mes de enero, y los concursos de narrativa y de fotografía, cuyo plazo para presentación de los trabajos finaliza este 20 de enero.